martes, 18 de diciembre de 2007

Más impuestos, más Estado, más Servicio Público

Hay lecciones simples de economía que parecía que los políticos de izquierdas ya teníamos aprendidas. Que los impuestos directos progresivos son más justos porque gracan más las rentas más altas. Que los impuestos indirectos gravan a todos los consumidores por igual y por tanto perjudican a quienes menos tienen. Que los que disponen de un patrimonio mayor son aquellos que más bienes poseen y, mediante el impuesto correspondiente tienen que colaborar al sostenimiento del común. Que las herencias suponen una ventaja de partida de los sucesores de aquellos que más tienen y, por tanto también este tipo de transmisiones deben tributar para la caja de todas y de todos. Que ...

Pero la ola de neoliberalismo que llevamos ya años padeciendo ha alcanzado también a la izquierda moderada española; es decir, al PSOE. Zapatero y Solbes anuncian a bombo y platillo la supresión del impuesto sobre el patrimonio. Hecho que, de producirse, sólo será un paso más en la disminución del tamaño de lo público en favor del dominio de lo privado. Y ya sabemos quienes son los perjudicados por el dominio absoluto del mercado.

Atravesamos un tiempo difícil, un tiempo en el que los mensajes simples calan en una sociedad que cada vez tiene más dificultades para realizar interpretaciones complejas. Atravesamos un tiempo en el que lo que no se dice en prensa o no sale por televisión no existe. Atravesamos un tiempo de confusión entre la derecha y la izquierda moderada. Atravesamos un tiempo en el que una opción política como la nuestra, como Izquierda Unida, tiene que afrontar la valentía de decir claro y alto algo tan complicado de comprender en este mundo simplista y dominado por la dictadura del mercado que un sistema fiscal fuerte y progresivo en el que pague más quien más posee es imprescindible para lograr una sociedad más justa y más equilibrada en la que el acceso a los servicios públicos (educación, salud, vivienda, servicios de atención a la dependencia) estén garantizados para todas las personas.

Desde Izquierda Unida es la hora de decir, sin complejos. Más impuestos, más Estado, más Servicio Público.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

¡Qué bonita está Málaga!

El pasado fin de semana estuve en Málaga, mi tierra, el lugar donde nací y viví los primeros 21 años de mi vida. Como ciudadano del mundo que no cree en las fronteras, pero sí en la identificación con los concreto, con lo tangible, con los afectos, con lo subjetivo; como ciudadano del mundo que no tiene apego a ninguna estructura territorial intermedia; como persona que se autodefine como malagueño, ripense y ciudadano del mundo, me resultó especialmente gratificante pasear por el eje Plaza de la Marina - Larios - Granada - Plaza de la Merced, con regreso vía Alcazabilla -Plaza del Obispo sin verme obstaculizado por los coches; me sorprendió muy positivamente contemplar nuevos edificios del Centro Histórico rehabilitados con buen criterio.

Málaga, desde el boom turístito de los años 60 y 70 del pasado siglo, había sido únicamente considerada por su extraordinario clima y por su capacidad de atracción de su litoral. Dar prioridad absoluta a la proyección turística de sol y playa generó el abandono de la identidad cultural y urbana de la ciudad. Hoy, cuando estamos entrando en el último tramo del primer decenio del siglo XXI, parece que Málaga vuelve sobre sí misma buscando sus raíces históricas, haciendo un esfuerzo por recuperar arqueológicamente su pasado fenicio, griego y romano; retomando su etapa islámica y recreando su brillante siglo XIX cuando se convirtió, hasta la crisis de la filoxera, en el tercer n´ñucleo de desarrollo industrial de España.
Las excavaciones arqueológicas que se están desarrollando en la calle Alcazabilla, en pleno Centro histórico, frente al Taeatro romano; la rehabilitación de edificios, la recuperación de la calle Larios para uso ciudadano; la peatonalización progresiva del Centro, a pesar de la pacata oposición de los comerciantes; la recuperación del eduificio de la Aduana como Museo de la Ciudad; todo ello unido al gran impulso que supuso la inauguración del Mueso Picasso en un bello edificio renacentista restaurado al efecto, son actuaciones que han logrado, por un lado reconciliar a los malagueños con su ciudad y por otro desarrollar un nuevo polo de atracción desde lo cultural que debe complementar el tradicional polo de sol y playa.

Soy consciente que mi visión de la ciudad es parcial, que puedo haber caído en el deslumbramiento del turista que sólo visita el salón de la casa colocado al efecto y elude pasar por el cuarto trastero o por las cocinas. Y que además que ese salón estaba especialmente decorado con motivo de las fiestas navideñas; decoración, por cierto, realizada a partir de un diseño integral especialmente brillante. Pero también vi lo que vi y sentí lo que sentí. Las calles tomadas por la gente, gente paseando y viviendo la ciudad, gento que no iba de compras, estatuas humanas rodeadas de personas, grupos musicales improvisados tocando, una mujer del este cantando la malagueña de Lecuona acompañada de un acordeón, una exposición temporal de esculturas de Rodin, etc.

Y esta positiva evolución de la ciudad se ha producido fundamentalmente desde que vio la luz el siglo XXI, aprovechando el tirón que supuso mediáticamente la implantación del Museo Picasso, y con un gobierno municipal del Partido Popular.

Atrás han quedado los intentos fallidos de innovación urbana liderados por el entonces gobierno municipal socialista, atrás quedó esa política municipal desconectada de la ciudadanía que llevó al PSOE a convertirse en la tercera fuerza política enlas municipales de 1995. También atrás quedó la oportunidad perdida por Izquierda Unida en Málaga de haber logrado la Alcaldía de la ciudad en aquel año, cuando la candidatura encabezada por Antonio Romero obtuvo más del 30% de los votos y se convirtió en la fuerza política mayoritaria de la izquierda, pero se dejó gobernar al PP en minoría y consolidarse hasta ahora. ¡Qué daño ha hecho el anguitismo!

Pero en esa Málaga de magnífico escaparate también hay problemas, muchos problemas. En ese mismo centro histórico, aquella noche de diciembre con 18 grados a las 9 de la noche, ví un grupo de jóvenes concetrados exigiendo respeto a los movimientos sociales, ví un grupo de hombres y mujeres con carteles reclamando una vivienda digna, viví las dificultades que tiene un ciudadano que quiere reciclar sus residuos, pasé por La Palmilla y observé las necesidades de intervención social, ...
Problemática social, defensa medioambiental que seguro hoy serían menores si, en su momento IU y PSOE hubieran cumplido con su deber.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Todas y todos hoy a las 12 en los ayuntamientos

ETA ha vuelto a matar. Y esta vez lo ha hecho fuera de las fronteras, en Francia, asesinando a un ciudadano español y teniendo al borde de la muerte a otro. Ambos son servidores del Estado, ambos guardias civiles, los dos gente del pueblo.

Ayer cuando vi la noticia en televisión me vinieron a la memoria esos hombres y mujeres uniformados que circulan por las calles de Rivas-Vaciamadrid garantizando la seguridad de nuestros vecinos y vecinas. No pude remediar ponerles el rostro de aquellos que conviven a diario con nosotros formando parte de nuestra ciudad.

A la par de mostrar mi solidaridad con las familias y los compañeros y compañeras de los asesinados, es hora de volver a plantear la más enérgica y unánime condena de ETA y del terrorismo. Nadie se debería haber quedado fuera del comunicado conjunto de las fuerzas democráticas españolas, de los partidos y de los representantes de la sociedad civil. Contra el asesinato terrorista de dos seres humanos no caben matices. Y parece que el domingo se avanzó hacia una declaración prácticamente unánime. Salvo los de siempre, aquellos que siguen demostrando su esclavitud de ETA. ¿Cuándo lograrán desvincularse de la organización terrorista? ¿Cuando comprenderán que la única forma posible de defender cualquier posición, incluso la independentista, es el uso de los recursos políticos que da la democracia?. Pero también rompieron la unanimidad los dirigentes de la AVT, más interesados en desgastar a Zapatero que en potenciar un discurso democrático unánime en contra de ETA.

Bueno, disculpad este totum revolutum en el que se mezcla la indignación contra el crimen, el rechazo a la utilización política del terrorismo y el reconocimiento hacia quienes desde cualquier lugar defiende las libertades democráticas.