miércoles, 6 de junio de 2007

Una vez más los intereses del PP y los de ETA se cruzan

Hace ya unos años escribí un artículo en la prensa local de Rivas que, bajo el título, quizás no muy afortunado, de PP=ETA, opinaba sobre las confluencias que se daban entre la organización terrorista y el partido de la derecha española. Por aquel artículo fui anatemizado e incluso demandado por la derecha ripense.

Hoy, tras la anunciada ruptura de la tregua por parte de los terroristas, tregua rota ya de hecho con el atentado de Barajas, y después de leer el comunicado de ETA, así como las reacciones de los grupos mediáticos conservadores, no tengo más remedio que llegar a la misma conclusión que expuse entonces.

La nefasta organización terrorista en su comunicado culpa al PSOE y al PNV de la ruptura de la tregua. Una vez más coinciden, aunque desde un puntos de partida divergentes, con el discurso del Partido Popular que también culpa a todo el espectro político democrático de inacción contra ETA y al gobierno de permisividad.

Otra coincidencia. Entonces, en marzo de 2004, los intereses políticos de ETA y del PP confluyeron en vísperas de las elecciones generales y en el marco de la lucha de declaraciones sobre el papel de Carod Rovira en el tripartito catalán. Hoy, en junio de 2007, la ruptura de la tregua se produce tras unas elecciones municipales con malos resultados para la izquierda y cierto repunte del PP. Además, tras la ruptura, los medios de comunicación de la derecha empiezan a apuntar hacia la necesidad de un adelanto electoral. Una vez más se da una "casual" confluencia de intereses.

ETA, con la renovación del chantaje que supone la amenaza del terrorismo asesino, otorga a la derecha reaccionaria española los argumentos para exigir elecciones anticipadas en un momento de teórica debilidad electoral del PSOE; en un momento en que el PSOE ha abierto la crisis sucesoria en Madrid; en un momento en el que la necesidad de pactos municipales de progresos entre socialistas y nacionalistas podrían ser utilizados mediáticamente por la derecha; en definitiva, en que el panorama política tiene una mayor complejidad.

Dese luego el PP es un partido democrático que concurre a las elecciones y mayoritariamente acepta las reglas del juego; mientras que ETA es una organización terrorista que no acepta los métodos democráticos para la solución de los problemas políticos. Pero una vez más sus discursos se cruzan y sus intereses parecen coincidir.

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