Casi tres meses llevo con el blogg inactivo. Primero fue el intenso trabajo que hubo que afrontar tras las municipales para configurar las bases del nuevo gobierno de Rivas la causa del abandono. Después el paréntesis vacacional. Pero ya, tras una semana reincorporado al día a día, me he encontrado con la necesidad de volver a compartir algunas reflexiones con los lectores y lectoras de este espacio virtual. Vayamos al grano.
Recién llegado la noticia estrella en los medios de comunicación, incluso entre los compañeros del agregador "IloveIu" es el pesar coletivo por la muerte de un futbolista. Sobre la manifestación de este pesar voy a ser políticamente incorrecto. Me ha parecido exagerado el tratamiento mediático, tratamiento que ha incluso trascendido a un medio como el nuestro, crítico y de izquierdas. Compartiendo el drama que supone la muerte súbita de un futbolista joven, me parece una falta de respeto hacia el trabajador anónimo que muere en accidente laboral, la mujer asesinada por su compañero sentimental, el anciano que fallece sólo en su casa sin atención de nadie, el inmigrante que se ahoga atravesando el estrecho o tantos otros posibles ejemplos. Creo que se trata sólo de un ejemplo más de la dictadura del fútbol que contamina también a nuestro entorno político y sociológico.
Otra crítica, esta vez por comparación. He pasado 10 días viajando por Alemania y he venido sorprendido no ya por su elevado nivel de infraestructuras (seguimos a años luz), o porque se come más barato que en España (a pesar de que los salarios son allí comparativamente más altos), sino por su concepción sobre la ciudad y por la práctica cotidiana en defensa del medio ambiente. Pongo algún ejemplo. Las ciudadades española responden a la monarquía, siendo su rey el coche privado. Las ciudades alemanas, en cambio, tienen tres patrones: el peatón, el ciclista y el tranvía. El coche privado está practicamente erradicado de los núcleos urbanos, los atascos no existen y la preferencia real hacia quien va andando o en bicicleta impacta por lo inhabitual que es en nuestros pueblos y ciudaddes. Otro ejemplo, el nivel lumínico de las ciudades cuando llega la noche. Las urbes alemanas tienen las farolas justas, las imprescindibles para que no tropieces. En muchas ocasiones los escaparates tienen más intensidad que la iluminación viaria. Y se ve. En España las ciudades deslumbran. Una duda. ¿Sería comprendida por la ciudadanía española una reducción drástica de la intensidad lumínica de nuestras ciudadades?.
Y por lo demás me he encontrado pocas novedades en la prensa española: Gallardón y sus aspiraciones sucesorias, el miedo del PSOE a ser culpabilizado de la disgregación de España, la iglesia y la derecha a vueltas con la educación para la ciudadanía, terremotos afectando a los más desfavorecidos, otra vez la dictadura del fútbol, etc. etc.
¡Ah! y una novedad de esta misma mañana. Un joven de 30 años se autocastra para no pecar... País.
4 comentarios:
¡Cómo se nota la "deformación profesional"!: nunca se me habría ocurrido, visitando ciudades como las que has visitado, pararme a reflexionar sobre la cantidad de luz que hay en ellas por las noches.
Un saludo.
¡Bienvenido tras las vacaciones¡
Respecto al comentario anterior atestigüo que no se trata de deformación profesional.
Imposible no quedarse impresionado - incluso algo alarmado al principio ¿será que pasa algo? - en Alemania por la falta de contaminación lumínica urbana, en contraste con el derroche económico y ecológico que nos gastamos por estos lares.
Recuerdan Vds. aquellas películas de la guerra fría en que se veían Berlín y otras ciudades bastante oscuritas como el ambiente sombrío tras "el telón de acero". Pues eso, que eran propaganda, Alemania de noche es así de oscurita y está muy bien.
Además de que se come bien y más barato que en España, hay que señalar que tanto el alquiler como la venta de pisos resulta tambien más barata. Añadan buenos servicios sociales y educacion y mejores sueldos y tendrán una panoramica más completa.
Una amiga ha estado en Munich hace dos semanas, y me ha dicho lo mismo, que por 6€ tenías menú diario y muy bueno, cuando aquí lo más barato que encuentras es de de 9€ para arriba.
Y a mi, mientras veo lo que piso no me importa que rebajen la luminosidad.
Es más, elevo una súplica al consistorio de Rivas, que rebajen el alumbrado en la calle Miguel Hernández que no me deja dormir.
Estoy de acuerdo con el desarrollo de las infrastructuras y con el asunto de precios. No solamente la comida: los pisos (en alquiler o en venta), los transportes, el ocio en general son mucho más asequibles para los alemanes con la diferencia de salario tan impresionante (creo recordar que el SMI es de 1150€). Sin embargo, no comparto la visión tan idílica respecto a los atascos. No todas las ciudades tienen ese especial afán por la bicicleta y el tranvía. Conozco bien los atascos de Düsseldorf por las mañanas y los viernes por la tarde, así como los que hay desde Ulm a Frankfurt, que recuerdan a nuestra M-30.
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