Un día después de ganar las elecciones en la ciudad de Madrid, el orgulloso Gallardón lanzó a su líder Rajoy el mensaje directo de que quería ser su número dos en el futuro gobierno de la nación. Inmediatamente saltaron las alarmas en el equipo de Esperanza Aguirre que, cual niña celosa, reaccionó explicando que era ella la que mandaba en Madrid y, por tanto, la que debía tener mejor posición en el futuro del PP nacional.
Él y ella, ella y él han demostrado, exteriorizando de una forma tan burda sus prisas, una completa falta de respeto al electorado madrileño y especialmente a sus votantes. Gallardón y Aguirre deberían dedicar sus esfuerzos a trabajar el futro próximo de sus respectivos gobiernos en el Ayuntamiento y en la Comunidad. Deberían administrar el holgado triunfo electoral que les han dado los madrileños y madrileñas para mejorar Madrid. Pero no, están utilizando su éxito para intentar escalar políticamente en su partido y postularse como acompañantes ¿o sucesores? de Rajoy.
Gallardón y Aguirre saben, aunque lo oculten, que sus triunfos electorales se deben más a deméritos de la izquierda, sobre todo de la socialista, más que a méritos propios. Gallardón y Aguirre se han beneficiado de las esclerotizadas listas del PSOE, Gallardón y Aguirre se han aprovechado del acriticismo del votante de la derecha. La ciudadanía de izquierdas es mucho más exigente con los suyos, la gente de izquierdas no perdona a candidatos que han perdido Madrid para el progreso por haber llevado tránsfugas corruptos en sus listas. Los hombres y las mujeres de izquierdas se quedan en casa cuando no tienen claridad meridiana sobre el destino de su voto.
La abstención de izquierdas es la principal causa del triunfo electoral del PP en Madrid. El PP ha utilizado el discurso del miedo, del conservadurismo más reaccionario, de la desintegración de España, ... para movilizar a su base social.
Izquierda Unida ha logrado salvar los muebles, incluso mejorando sus resultados, tras reducir inextremis el problema con sus candidaturas. No obstante, tenemos aún mucho margen de mejora en Madrid si logramos mejorar nuestra oposición en la capital y en la asamblea, y continuamos compaginando discurso y práctica allá donde gobernamos, como se ha demostrado en Rivas-Vaciamadrid.
El PSOE tiene que arreglar su casa y pensar más en la sociedad madrileña y en sus problemas que en clave interna. El PSM siene que mirar dentro, pero para hacer la autocrítica necesaria y salir a la calle con nueva gente capaz de ilusionar a la sociedad y con nuevas propuestas realmente alternativas; es decir, girando claramente a la izquierda. Ya está bien lo de echarle la culpa a Zapatero. Sólo así se dará un primer paso para combatir la abstención y posibilitar la recuperación de Madrid.
Porque creo que Madrid tiene arreglo hay que ponerse a trabajar desde el primer día para que en mayo de 2011, al volver la vista atrás, el periodo 1995-2011 parezca sólo un mal sueño del que nos hemos despertado.
2 comentarios:
Espero que este camino hasta 2011 sea fructífero, no sólo en el resultado que finalmente plasmen las futuras elecciones, sino sobre todo en las experiencias que vayan surgiendo en el camino, en la capacidad de encontrarnos de verdad con el espectro progresista de Madrid y de construir alternativas eficaces en espacios políticos amables.
De momento, me conformo con que los meses que restan hasta las generales no sean una travesía del desierto. Creo que IU afronta la cita debilitada y desorientada, así que no debemos dejar pasar el verano para ordenar nuestro discurso, nuestra estrategia... y nuestro aparato.
A ver...
que comen en rivas como se llama y como se prepara
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