viernes, 26 de junio de 2015

LAS CALLES DE RIVAS

¿Quién decide los nombres de las calles de nuestras ciudades? Sus ayuntamientos en sesión plenaria. Poner nombre a calles, plazas y avenidas es competencia municipal.

Recorrer las calles de un pueblo o ciudad es un ejercicio interesante para que podamos hacernos una idea de la historia del lugar, de los principios ideológicos o políticos que han dominado entre sus gobernantes o de la idiosincrasia de sus gentes.

Los nombres no son neutrales, sino que responden a una idea dominante, a una forma de ver el mundo. Es cierto que, conforme más antiguas sean las ciudades, más se diluirá ese componente ideológico; aunque no es menos cierto que si conocemos la evolución histórica del lugar podremos comprender mejor los cambios producidos en la denominación de sus calles. O incluso al revés, del análisis detenido del callejero seremos capaces de extraer conclusiones sobre la historia de la ciudad y la antigüedad de sus barrios, incluso cuando no quede ningún edificio en pie de la etapa  original. Un ejemplo más que evidente de esta afirmación lo muestra el callejero de los núcleos medievales de ciudades españolas y europeas. Nombres como “calle Especerías” o “calle Carretería” de mi Málaga natal recuerdan a la época en que los talleres gremiales de un mismo oficio se ubicaban en las mismas vías.

Mucho más fácil es conocer la historia política de un lugar cuando su desarrollo se ha producido en un tiempo relativamente corto. Incluso en estos casos, si leemos las cartelas de las calles con atención y actitud crítica, podremos extraer muchas conclusiones.

¿Qué criterios se suelen utilizar para denominar el entramado viario de un lugar? Son muy diversos y nunca responden a un único motivo. Nombres de personajes de la política, las artes o las letras; topónimos, ya sean ciudades, países, espacios naturales o monumentos; nombres de conceptos filosóficos, valores o principios; nombres mitológicos y  religiosos;  nombres de hechos históricos, de personajes del cine, de la literatura, … e incluso del cómic. Asimismo hay ciudades que tienen la norma de no usar denominaciones relacionadas por personajes vivos.

Pero hablemos de Rivas, de Rivas-Vaciamadrid. Los nombres del Casco Urbano tienen que ver con sus  tradiciones, con personajes singulares o fechas relacionados con la historia local: Alcalde López Santero, Marcial Lalanda, 19 de abril, San Isidro, …

La primera expansión del municipio por el Oeste tuvo como protagonista al movimiento cooperativo. Y fueron las propias cooperativas las que propusieron al Ayuntamiento la denominación de sus calles; alguna, incluso previo referéndum entre sus vecinos.

Finalmente será el propio Ayuntamiento, previa propuesta realizada por  una comisión creada al efecto, la que directamente asuma la responsabilidad de completar el callejero de la ciudad. Y muchos han sido los nombres que  ha habido que  poner en los últimos años, porque enorme ha sido el desarrollo urbanístico y, por tanto, el número de calles a denominar.

Nuestras calles, incluso desde aquella época en la que eran las cooperativas las que decidían previamente lo que posteriormente el Pleno municipal ratificaba, responden mayoritariamente a ejes temáticos por barrios y zonas concretas.  Estos ejes temáticos sólo eran rotos por nombres que querían destacar un momento específico, a una persona singular o algún acontecimiento coyuntural. Ejemplos  son “Plaza de la Libertad, Jesús Sánchez Martínez”, “calle Agustín Sánchez Millán”, “calle Andrea R. González”, “calle Pablo Lima Pro”, “calle Eduardo López Hernando”, “calle Aurelio Moya” o “calle Aurelio Álvarez” entre otras.

Mitología greco-latina, poetas de la Generación del 27, provincias y ciudades, naciones europeas, flores y plantas,  animales, lagos, parques naturales, autores literarios contemporáneos, valores y principios, nombres de mujeres, etc., organizan nuestro callejero; callejero que, a diferencia de nuestra vecina Madrid, integra muy pocos nombres de políticos españoles. Que ahora me vengan a la memoria sólo Juan Carlos I, Manuel Azaña, Pablo Iglesias –el fundador de la UGT y del PSOE-, Fernando de los Ríos, Dolores Ibárruri y Federica Montseny, además de los alcaldes de Rivas-Vaciamadrid anteriores a la reconquista democrática.

A veces poniendo el nombre a determinadas calles, el Ayuntamiento ha pretendido llamar la atención y tener repercusión mediática. Y en un momento determinado en que era uno de los objetivos básicos era  trabajar por la identificación de la población con su ciudad, escapando del efecto ciudad dormitorio, se tuvo una feliz idea que consiguió reportajes en prensa escrita, radios y televisión, una buscada controversia que generó popularidad. Fue la decisión, difícil de hacer entender incluso a algunos de los miembros del propio gobierno, de poner a todo un barrio  nombres de cómics clásicos. De entonces proceden nuestras “calle Mortadelo y Filemón”, “Capitán Trueno”, “Rúe del Percebe” o “Anacleto Agente Secreto” entre otras. ¡Cómo me habría gustado vivir en Rúe del Percebe, 13!


Más adelante, si mi natural pereza no me lo impide, pienso seguir escribiendo sobre las calles de nuestra ciudad, refiriéndome al personaje o concepto que le da nombre. Empezaré por la que quizás sea la única calle de Rivas-Vaciamadrid cuya denominación fue propuesta por mí.

1 comentario:

Unknown dijo...

Por favor, difundir y firmar (si se esta de acuerdo claro)



https://www.change.org/p/ayuntamiento-de-rivas-igualdad-para-todas-y-todos?recruiter=312799449&utm_source=share_petition&utm_medium=email&utm_campaign=share_email_responsive


Gracias