miércoles, 7 de febrero de 2007

La gestión del suelo en Rivas-Vaciamadrid

Malos tiempos para escribir sobre urbanismo. Todo lo que suena a calificaciones de suelo, a planeamiento urbano o la crecimiento de uan ciudad es inmediatamente asimilado por la opinión pública a presunta corrupción.

Pues bien, una vez más voy a ir a contracorriente y a defender que una política urbanística puede ser no sólo honesta y eficaz, sino, desde el criterio de planificación, avanzar hacia una mejor distribución de la riqueza. Y para ello utilizaré como ejemplo el Plan General de Ordenación Urbana de Rivas-Vaciamadrid aprobado definitivamente en marzo de 2004.

Como muestra expondré los datos del Plan Parcial del Sector C (Cristo de Rivas) del referido Plan General, ya aprobado, el cual, a pesar de estar sometido a lo regulado por la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid que, como ustedes conocen, determina entre otras obligaciones que un 10% de los aprovechamientos urbanísticos definidos tienen que ser cedidos a los Ayuntamientos y que el 50% de las viviendas que se construyan deberán tener algún grado de protección pública, ha superado con creces dicha regulación. Además, aunque de forma menos detallada, también referiré los parámetros más significativos del Sector A (Mirador Sur).


Además de lo expuesto, el Plan General contempla el desarrollo de un nuevo Sector Industrial en la zona Norte, paralelo a la M50 con una edificabilidad total de 216.000 metros cuadrados, de los cuales 142.600; es decir, el 66% del total serán de propiedad municipal y sólo el 33%, 73.400, queda en manos privadas. Y todo ello de un patrimonio de suelo que anteriormente a su calificación era totalmente privado.

Creo que las cifras son contundentes. Los dos planes parciales aprobados hasta ahora crean 11.459 nuevas viviendas, de las cuales 4.615 serán propiedad del Ayuntamiento, lo que supone el 40% del total de las mismas, superándose en un 30% las determinaciones de la vigente Ley del Suelo. Además, lo nuevos desarrollos se caracterizan por la sostenibilidad ecológica (red de riego alternativo con agua reciclada, energías alternativas obligatorias en todas las viviendas, red ciclista, red verde que asegura la continuidad peatonal de los nuevos ejes urbanos, una exigente ordenanza ambiental); por la sostenibilidad económica mediante una relación adecuada de las tipologías de vivienda que harán más viable el mantenimiento de los nuevos barrios; por la sostenibilidad territorial con la creación de una estructura urbana coherente, con conexiones interiores bien desarrolladas y con enlaces exteriores a la M50 y hacia el Corredor del Henares a través de la M823; y por la sostenibilidad social planteando barrios con vida, estructurado con bulevares, con vivienda social y posibilitando el desarrollo de nuevos planes municipales de vivienda, con una fuerte red de equipamiento entre las que destaca la nueva Ciudad Deportiva Norte.

El Plan General de Rivas es un ejemplo de apuesta política por aumentar el patrimonio municipal; es decir, el patrimonio de toda la población. Creo que las cifras demuestran con contundencia como una política de izquierdas, honesta y transparente es capaz de, poniendo por encima de todo los intereses de la ciudadanía, mejorar la correlación preexistente entre lo privado y lo público.

4 comentarios:

AF dijo...

No vivo en Rivas, pero sí trabajo y me muevo constantemente por ella. Doy fe de lo que dice José Ramón. Es llamativa la diferencia entre los resultados de la política de vivienda allí y en la mayoría de las demás ciudades de similares tamaño y características de la Comunidad (y seguramente de fuera de ella también).

Sin embargo, yo le pongo un pero a la filosofía urbanística plasmada en Rivas. A pesar de que hay áreas de vivienda en altura que dan una densidad algo mayor de habitantes, una parte proporcional muy alta del suelo se ha construido con vivienda horizontal. Bajo mi punto de vista, el resultado es un entorno excesivamente residencial y con poca vida en la calle.

Yo nací en Lavapiés, y, salvo cortas estancias en otros barrios madrileños, casi toda mi vida la he pasado allí. Esto significa, como bien puede entenderse, comercio de barrio y bullicio en la calle, a veces agradable, a veces agobiante. Pero siempre, siempre, humano.

No caeré en la simpleza de decir que todo lo que no sea ese esquema se aleja de lo humano, pero sí creo que los modelos que, en ambos extremos, representan Lavapiés y Rivas, adolecen de carencias importantes.

Jose Ramón Martínez Perea dijo...

Estoy bastante de acuerdo con las consideraciones de af. El modelo urbanístico actual de Rivas deriva de los planes generales de 1978 y de 1993. Aunque el PG de 2003 ha tenido modificaciones que han mejorado la estructura urbana, será el Plan General al que me refiero en el comentario, el de 2004, el que, partiendo de un análisis crítico del modelo urbanístico vigente, modifica parámetros densificando algo la ciudad, aunque conservando una baja densidad de viviendas por hectárea, procurando ejes verdes, plazas, comercio de proximidad, así como lugares de encuentro y de convivencia urbano. Los resultados se verán cuando empiecen a desarrollarse los planes parciales a los que me refiero.

Anónimo dijo...

Cierto, cierto. El asunto de la densidad mínima creadora de vida, de vida y cultura mediterránea, con comercio, relación social, es crítica si no queremos conformarnos con el modelo yanqui de vida y movilidady transporte.

POr otro lado, comparto el espíritu del artículo, Don José Ramón. No tengo el gusto de conocerle, pero me da la sensación de que compartimos muchas cosas, ideas, y, sobre todo, la defensa del urbanismo como función pública al servicio del interés general.

Morgaana dijo...

Hola vecino y bienvenido a la blogsfera.
Yo creo que lo bueno de Rivas ha sido precisamente esos espacios abiertos entre vivienda y vivienda, sin contar con Covibar, que es más barrio que los demás.
A mi por ejemplo no me gusta que haya viviendas en altura, creo que le ha quitado su imagen.