Bueno, ya estamos en 2008. El otro día, regresando en coche desde mi Málaga natal, escuché en la radio a una experta en numerología explicar que el nuevo año será el de inicio de ciclo al ser un año uno (2+8=10, 1+0=1), pero esta mañana he vuelto con mi costumbre de encender la radio mientras me ducho y desayuno antes de salir de casa para retomar mis ocupaciones en el Ayuntamiento de Rivas y, en las noticias, más de lo mismo, comentarios preelectorales y la búsqueda del Centro como fórmula mágica para ganar las elecciones.
La derecha española dice ser de Centro, la izquierda mayoritaria pretende viajar hacia el Centro. Pero, ¿existe el Centro? ¿es posible la equidistancia?
Yo, que soy ya algo mayor y por tanto debería, al menos por edad, haber emigrado hacia el Centro, cada día me siento más de izquierdas.
Pero, ¿de qué estoy hablando?. ¡Ya me he perdido!. ¿Numerología? ¿Ser de izquierdas?¿Las elecciones? ¿Pero no iba a escribir sobre la existencia del Centro? Será la dispersión posvacacional.
La derecha española es derecha pura y dura, sin matices, incluso rayando con lo extremo de la acepción política del término. En España no hay ningún partido de ultraderecha y el motivo es claro, sus planteamientos ya los defiende el PP. Tenemos, por tanto, una derecha única y sin concesiones a la moderación; una derecha liberal a ultranza en los económico y terriblemente conservadora en lo social. Ejemplo de esto último están siendo sus últimas actuaciones y manifestaciones en todo lo que tiene que ver con los derechos civiles y las libertades públicas. Sobre lo primero también es evidente su defensa a ultranza del mercado y su propuesta de reducción del Estado a la mínima expresión.
¿Y la izquierda moderada? El Partido Socialista se ha convertido en un partido de corte radical. Un partido que ha puesto su acento en la defensa de los derechos civiles. En cambio, el PSOE, a pesar de que sigue poniendo su acento teórico en el mantenimiento de un cierto estado del Bienestar desarrollando, aunque de forma muy básica, los servicios públicos, se acerca peligrosamente a la derecha en la defensa del Mercado como el generador del sistema económico. Su política impositiva es claramente coincidente con la de la derecha.
De esta manera el debate pp-psoe se produce únicamente en lo que tiene que ver con derechos ciudadanos, forma de entender la familia y, aunque algo menos, modelo territorial. En estos aspectos el PP es derecha-derecha, sin matices y el PSOE es izquierda.
La confluencia entre los dos grandes partidos, esa búsqueda del Centro por parte de ambos se produce sólo en la política económica. Aunque apenas se da la moderación entre los populares, donde las tesis más liberales (Esperanza Aguirre) parecen haberse impuesto con claridad. Mientras que el PSOE sigue avanzando a pasos agigantados hacia una política fiscal abolicionista que dificultará que la tradicional apuesta socialdemócrata que suponen los servicios públicos como moderadores de la acción del mercado puedan servir para paliar los desequilibrios.
Por tanto, en los político el Centro no existe; mioentras que en lo económico lo que se está imponiendo es la visión liberal y, por tanto, de derechas, de la realidad.
Espero y deseo que esa deriva del PSOE claramente no sólo hacia el Centro, sino hacia la derecha en lo económico, deje un espacio que Izquierda Unida sea capaz de ocupar.
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